jueves, 17 de febrero de 2011

Casting "Tú sí que vales (2)"

Como ya está anunciado en la Página Web del Colegio, está en marcha la Segunda Edición del Concierto Solidario. Este año vuelve la ilusión, el esfuerzo, las ganas de ayudar y colaborar con la realidad de Haití. De modos muy distintos: ensayando y dedicando recreos a ello; acompañando a los grupos que necesitan que se le facilite un espacio para poder preparar su actuación;  dando ideas; preparando el día del casting; animando a los alumnos y alumnas a participar, ... Y todo para expresar nuestro recuerdo y solidaridad con lo que se vive a tantos kilómetros, pero ante lo que no queremos pasar de largo. Es un modo de hacer presente la vida que late en ese país y que quiere abrirse, día a día, paso. Lo que recaudemos irá destinado, a través de la Fundación Juntos Mejor que se está iniciando desde la Congregación de las Religiosas de Jesús-María, a las comunidades que hay en Haití, y de las que, cuando nos llegan noticias, las vamos compartiendo.

Este proyecto se une al trabajo y la generosidad de toda la Comunidad Educativa del Colegio que, a través de la Feria del Libro Solidario y de la Colecta de Navidad, pusieron su granito de arena para que el proyecto con el que colaboramso tenga un empujón.

Gracias por la ilusión que estáis poniendo estos días y ánimo a todos los que participáis y colaboráis de tantas maneras.

jueves, 13 de enero de 2011

Volvemos a retomar el blog

Después de un tiempo de parón en la actividad del blog, volvemos a retomarlo. Ya sabéis que, ayer día 12 de enero, se cumplió un año del terremoto de Haití. Isa ha escrito una carta en la que recuerda ese día y nos invita a unirnos a lo que el pueblo haitiano está viviendo.
Aunque sea con retraso. Podemos unirnos a ellos.
También queremos transmitir  el agradecimiento que nos ha llegado, desde la Fundación Juntos Mejor, con la que enviamos la ayuda a Haití, por el donativo enviado con lo que se ha recogido en la Eucaristía de Navidad de la Comunidad Educativa del Colegio Jesús-María Ikastexea de Bilbao  y con la Feria Solidaria que hemos tenido en los úmtimos días del trimestre pasado.
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.

Y ahora os dejamos con la carta de Isa

5 de enero de 2011


Hace un año ni imaginábamos por asomo lo que estaba por venir.

Estuvimos celebrando la Navidad bien tranquilas en casa y por año nuevo nos deseamos lo mejor para el 2010, sin saber lo que estábamos diciendo. Nos deseamos felicidad y hemos sufrido un trauma inmenso; nos deseamos salud y larga vida y hemos visto muertos, heridos, amputados por todas partes; nos deseamos poder realizar todos nuestros proyectos... y estos cambiaron radicalmente. El hombre propone y Dios dispone.

Este año he deseado con voz muy bajita todas estas cosas... porque realmente al final no es cosa nuestra. Todo esta en manos de Dios. Ahora ya no pido larga vida porque ya no es tan importante para mi como vivirla con intensidad, aunque sean cuatro días. Así viven los haitianos el día a día, luchando por sobrevivir, viviendo para el hoy porque el mañana no lo controlan. Está en manos de Dios. Se ve la vida de otra forma. Ya no pido más salud que la que tengo y gracias Señor, pero creo que prefiero pedir coraje y fortaleza para aceptar lo que venga y no perder la alegría, la fe, la esperanza y la fuerza, porque eso es lo que he visto en los haitianos y me atrae más que tener salud y temo no darme cuenta del regalo que tengo.

Pido la fe y manifestar la fe que tengo en mis obras y en mis gestos porque es lo que he visto en ellos y es lo que me ha salvado, es lo que me ha dado la lección más grande de vida. Todo esta en manos de Dios y nos toca aceptar lo que venga, no con resignación sumisa, sino como el que se sabe en manos de quien le ama y no teme.

Lo escribo y me estremezco porque estoy viendo a este pueblo con los ojos cerrados y los brazos alzados cantando, rezando... suplicando, pidiendo perdón, pero sobre todo -impresionante- dando gracias. Al principio, tras el terremoto, cuando les oía cantar "Gracias Señor" algo dentro de mi se rebelaba. Ahora creo que entiendo. Quizás es como si fueran capaces de ver mas allá... solo Dios sabe, Dios es más grande, Dios les ama y detrás de todo eso o debajo de los escombros quizás encuentren nueva vida. He necesitado todos estos meses para reconciliarme con mis propios sentimientos de rebeldía, de dolor, de impotencia. Este pueblo es tan sencillamente humano que creo que me estaba costando descubrir al Dios tan humano... creo que lo estaba buscando arriba y está abajo, más abajo imposible, en los escombros.

Se acerca el 12 de enero y cada vez que lo nombro y lo recuerdo se me caen las lágrimas. Tiembla mi suelo y tengo ganas de arrodillarme, cubrirme la cabeza con las manos, como aquella tarde... y dejar que pase el dolor.

Me sigo preguntando por qué todos los lugares por los que pasé durante ese 12 de enero se cayeron y solo mi casa, a la que acababa de llegar, solo se agrietó y me salvó la vida. Y varias personas amigas con las que estuve ese día perdieron la vida bajo el hormigón y yo no. Estuve en la Iglesia por la mañana y se derrumbó la Iglesia; estuve en el ministerio de educación y se derrumbó; estuve en la Minustah (ONU) de Burdon una hora antes del terremoto y este también cayó y mato a la persona con la que estuve hablando durante una hora, aparte de otras muchas. Como quizás os podáis imaginar no dejo de preguntarme por qué?, por qué yo no? Por qué todo se cayó tras de mi?

Es que no fueron siquiera una centena de muertos... es que fueron 300.000. Es que fueron casi 500.000 heridos, es que fueron un millón y medio de personas que perdieron la casa...!!!

Se acerca el 12 de enero y el corazón de la gente está aún muy tierno pero muy fuerte a la vez. Se llora pero se lucha por la vida. No se olvida pero se sigue caminando. Se sonríe... pero el corazón esta roto.

Estamos heridos, si, pero no abatidos.

Muchas desgracias han venido juntas y se que todos os estremecéis cuando oís hablar de Haiti. Pero sabed que "cuando soy débil entonces soy fuerte. Mi fuerza se manifiesta en la debilidad". Si en algún lugar podéis comprender estas palabras, es en Haiti.

Creo que entiendo que en las desgracias, Dios vierte su Gracia y da más de lo que quita, y abre ventanas mejores que las puertas que cerró. Y cosas así son las que empiezo a pensar y creer. No porque veamos que el país progresa o que se va mejorando: Realmente aún no se ve demasiado. Lo que veo más que los efectos del terremoto, de la epidemia, de los ciclones, de los disturbios... es en el corazón de la gente: Sus profundas reflexiones, sus conductas, reacciones y respuestas y ahí es donde veo la Gracia de Dios cayendo a chorros.

El 12 de enero, a las 4'53 de la tarde, hora en que la tierra tembló en Haiti, todas las Iglesias celebrarán una Eucaristía por los que se fueron y por los que nos quedamos, por los que aún están bajo tiendas y los que aún no han levantado cabeza porque lo perdieron todo, por la curación de los enfermos del cólera y la de nuestro corazón, por nuestro futuro y nuestro progreso...

Será muy emocionante y lloraremos a lágrima viva, pero ese es el camino de nuestro crecimiento y nuestra curación.

Os pido que os acordéis de Haiti ese día y llevéis en el corazón al pueblo Haitiano en busca de su liberación.

Gracias por vuestra compañía y apoyo.

Un abrazo fuerte con mis mejores deseos para el 2011.

Isa Solá rjm

sábado, 29 de mayo de 2010

Hola,

Me llamo Isa Sola y soy una religiosa de Jesús-María. Nací en Barcelona y desde el 2008 estoy destinada en Puerto Príncipe, Haití.

El pasado 12 de enero, como todos sabéis, sufrimos el terrible terremoto que acabo con la vida de 300.00 hermanos nuestros y dejo más de 1,000.000 de heridos y refugiados en tiendas.

Parece que los medios de comunicación se han olvidado ya de esta tragedia… pero nosotros seguimos aquí, viviendo en tiendas de campana e intentando hacer lo más posible vida normal… pero realmente os tengo que admitir que no es nada fácil. Cada día moverse entre los escombros de las calles es difícil y duro porque nos recuerda a cada momento esos momentos de terror que nunca olvidaremos.

Hoy me dirijo a vosotros en nombre de todos los fieles y sacerdotes de mi Parroquia Sacre Coeur, en mi barrio de Turgeau. Bajo la parroquia murieron unas 30 personas que formaban parte del comité litúrgico que en esos momentos tenían una reunión. En la casa de los sacerdotes, al lado de la parroquia, estaban en ese momento 12 personas que también murieron bajo los bloques.



Se salvo solo el Párroco, P. Hans Alexandre, como por un milagro pues estaba entre los dos edificios. Solo Dios sabe la razón.

Desde entonces los fieles supervivientes celebramos la liturgia bajo un toldo o bajo tiendas alquiladas por cortos espacios de tiempo con las pequeñas aportaciones de cada uno. Pero no podemos estar siempre así y por eso, me dirijo a vosotros en nombre de P Hans y de todos los fieles para pediros ayuda económica para poder comprar carpas grandes para cubrir el altar y los bancos donde nos sentamos y protegernos tanto del sol como de las lluvias que ya han empezado.

Quizás algunos de vosotros os preguntéis por que solicito esto para la Parroquia. Y os puedo decir el motivo, tanto el gobierno como las organizaciones internacionales que están ayudando a Haiti, están preparando un plan de reconstrucción de la capital. Pero las Iglesias, hasta que se recoja dinero suficiente para la reconstrucción, estamos así, al aire, sin otra solución. Y la gente en estos momentos tiene sed de Dios, tiene necesidad de acudir a la Iglesia, de rezar, de celebrar su fe y agarrarse a lo único que les queda y que les mantiene: Dios. Si en algún lugar he comprendido lo que es tener fe, es aquí en Haití. Y he comprendido la necesidad de mantenerla, fortalecerla y hacerla crecer porque es lo que les mantiene fuertes ante las tribulaciones, la que les permite sonreír a pesar de tanto sufrimiento, la que les da coraje para seguir haciendo vida normal sobre los derrumbes del 12 de enero y seguir caminando. La Iglesia es realmente una Madre donde los haitianos se cobijan diariamente y es necesario que podamos favorecer esta acogida a todos los que buscan, piden, claman, lloran y agradecen…

Todo este milagro que veo cada día entre los haitianos es el que me empuja a escribiros en su nombre para pediros vuestra colaboración: Ayudadnos a comprar las carpas donde podamos celebrar nuestra fe y mantener nuestra esperanza y nuestro coraje. Todos somos Iglesia, ayudadnos a reconstruirla!!

Gracias por vuestra colaboración!



Isa Sola RJM

miércoles, 12 de mayo de 2010

Desde Haití, Zaloa nos escribe

Zaloa, una voluntaria de Bilbao, hace unos días que se fue a Haití y nos cuenta lo que ha visto y con lo que se ha encontrado.
                                                                                                                        
                                                                                                                       Haití,   10 de mayo de 2010
“Hola a todos,

Visteis la luna ayer por la noche? Estaba preciosa!
Me gustaría deciros que las cosas por aquí van muy bien, pero la realidad es bien distinta.
La cosa por aquí esta bien fea. Todo un país devastado por el terremoto. Puerto Príncipe ya no es una ciudad. No quedan muchos edificios en pie. Solo hay escombros y tiendas de campana por todas las esquinas.

El parlamento, la catedral, los bancos, los supermercados, las iglesias, colegios, las casas, hospitales... todo destruido. La gente todavía está en estado de shock.

Las réplicas todavía sacuden el país, y desbaratan la recuperación de toda una población. Muchas personas han perdido sus hogares y quienes tienen la suerte de tener todavía un techo sobre sus cabezas no se atreven a dormir dentro. Lo hacen fuera, delante de sus casas. También hay miedo a la violencia y al pillaje. Pero sobre todo, muchos haitianos me hablaron de su sentimiento de estar abandonados. No se les informa acerca de lo que les ocurrirá o lo que recibirán. No saben a dónde ir.

Todavía no se puede hablar de RECONSTRUCCION… lo que dicen llamarse "campos de refugiados"… es muy impactante. Las condiciones en las que sobreviven miles de personas hoy son vergonzosas. En las zonas de concentración, hay tal hacinamiento que las personas literalmente viven unas encima de otras. He visto gente durmiendo en el suelo, con sólo una sábana sobre sus cabezas como único cobijo. La gente lo ha perdido todo y algunas personas realmente se ven obligadas a comprar las lonas de plástico ellas mismas. Una situación así, no puede tolerarse. Lo que es más, las primeras intensas lluvias ya han empezado. Huele muy mal, puesto que no hay lavabos, sino letrinas. La falta de abrigo y de higiene representa un peligro no sólo en materia de salud pública, sino que también supone una intolerable violación de la dignidad humana de todas estas personas…”

          Zaloa Rentería

lunes, 3 de mayo de 2010

Carta de agradecimiento desde Haití

28-ABRIL- 2010

Estimados amigos y benefactores,

Con gratitud profunda les escribo para agradecerle de nuevo, en nombre de la gente haitiana y de nuestras hermanas de RJM que las sirven, por su ayuda para nuestros hermanos y hermanas más vulnerables. Su generosidad continuada al fondo de la misión de RJM Haití es la muestra del corazón.

Como ustedes saben, ¡la devastación causada por el terremoto está más allá de la comprensión!

Las escuelas en Puerto Príncipe fueron destruidas, muchos niños han vuelto a las escuelas en las áreas rurales, teniendo que compartir los recursos limitados existentes.

Las ayudas de muchos donantes, los esfuerzos del relevo de las Religiosas de Jesús-María incluyen asistir a niños con lo necesario de la escuela, y ayudar a las familias para obtener el alimento y el abrigo para sí mismos y los parientes adicionales que han vuelto.

Además, las RJM están enseñando a la gente cómo producir su propio alimento.

Podéis verlo en las fotos.




El gobierno haitiano está en vías de tomar decisiones para el futuro del Puerto-au-Príncipe y del país.. Las RJMs desean poder hacer sus proyectos de largo alcance en medio de esas decisiones. Mientras tanto, continuamos apoyando a nuestros hermanos y hermanas haitianos de maneras pequeñas y variadas, y recibiendo de ellas el testigo de una fe profunda y vibrante.



Estamos muy agradecidos a ustedes por su colaboración con nosotros en nuestro trabajo en Haití! Hablamos de “solidaridad global!” ¡Su sociedad con nosotros es prueba viva de esa realidad!

Sinceramente,

Coordinadora, fondo de la misión de Haití

                             Sr. Janet Stolba, RJM

lunes, 26 de abril de 2010

Port Au Prince, 18 de Abril (Isa Sola)

Hola de nuevo,

A ver si encuentro pequeños momentos para ir describiendo el transcurso de nuestra vida tras el terremoto. Lo primero que viví después de llegar de Estados Unidos es la Semana Santa. Estuve con Leide, en su casa, con su familia y vecinos. Totalmente sumergida en una de las millones de realidades de Puerto Príncipe. Vivir como ellos, comer como ellos, desenvolverse como ellos entre los restos de los derrumbes, bañarse con cubos detrás de un muro, así todo. Así nos apañamos en todo siempre. Entre bloques y hierros vamos poniendo cada día nuestros pies y manos para seguir viviendo tras los restos de la catástrofe que cada día nos recuerda que perdimos a 300.000 hermanos y que somos supervivientes sin entender cómo ni por qué.

Esta fue una tónica de la semana santa. Vivir el misterio de la vida y de la muerte. Caminar en la oscuridad, morir, callar y dejar que Dios al final de su respuesta.
El Domingo de Ramos, durante la misa, tuvimos una pequeña sacudida que hizo terminar de destruir la casa de al lado de la parroquia, nos asustamos tanto que muchos salimos corriendo, yo la primera, hubo gente que se cayó al correr tropezando con los bloques y se hirieron. Nada grave pero me pase el resto de la misa limpiando heridas con unos kleenex y un bote de agua oxigenada que aun tenía en el coche desde el terremoto.

Cada día tuvimos una actividad diferente. El lunes santo fuimos a la Minustah Brasil para llenar un camión y mi coche de alimentación para la gente de la parroquia. Pasamos la mañana cargando y descargando, haciendo cadenas y poniendo orden. Todos necesitamos comida, yo también, así que a trabajar. En ningún momento me he sentido diferente por ser blanca y religiosa. He necesitado alimentación como todos, he cogido mi lote como los demás. Por la tarde y la mañana del martes preparamos 500 bolsas y cajas de lotes con alimentos variados.

El miércoles se monto una cola… pues eso… de 500 personas. El reparto se hizo con orden pero agotador. Casi cinco horas de reparto.

También preparamos el patio de la Iglesia con carpas para la gente y para las celebraciones porque el sol es fuerte y aprieta un montón. Todo el jueves por la mañana estuvimos montando inmensas carpas blancas, arreglando una especie de altar que se ha hecho con restos de bloques de la Iglesia, un poco levantado para que la gente pueda ver… se han plantado flores y hierba… y ha quedado precioso. El fondo del altar es la Iglesia derrumbada. Todo un símbolo. Y todos nosotros debajo bien vestidos, tanteando los bloques para no tropezar. Era ya todo un signo de resurrección antes de que llegara el domingo de Pascua.

El viernes santo hicimos un vía crucis por toda la ciudad, salimos a las 7 de la mañana y llegamos a las 12 y pico del medio día. Recorrimos las calles más afectadas, los barrios de refugiados, los edificios más emblemáticos y simbólicos en todo este desastre… iglesias, gobierno y escuelas sobre todo. La gente tan devota en cada uno de los pasos, de las estaciones, comprendiendo tan hondamente el sentido de la pasión de Jesús en medio de tanto sufrimiento que yo estaba sin respiración. Después del terremoto yo me quede sin palabras y solo preguntas, por que, por que??? El pueblo haitiano después del terremoto, no pregunta nada, no reclama nada, no se enfada por nada… solo miran al cielo, piden fuerza y dan gracias a Dios por la vida que aún conservaban y siguen cantando mientras caminan como el pueblo de Israel en el desierto. Que profunda fe tienen que no necesitan cavilar mucho, como yo, para entender que Dios no quiso perderse nada de nuestra condición humana. Que El lo conoce todo, que nada le es ajeno, que está cerca cuando más le necesitamos, … sencilla teología que decimos fácilmente pero que yo no sabía era tan difícil vivirla. Solo a los pequeños les es dado comprenderlo y creo que ahora mi vulnerabilidad me está permitiendo vislumbrar esta gran verdad.

La vigilia de Pascua fue sencilla pero intensa, la alegría de la resurrección broto de una forma serena, sufrida pero llena de una esperanza que me dio
vida. Yo sentí que llegaba un momento que todos necesitábamos experimentar, que necesitábamos que llegara. Era como estar a la puerta del sepulcro llorando y suplicando: “Resucita por favor!!”.

Y he notado en las caras y en las reacciones de los que conozco en la parroquia que poco a poco vamos resucitando: hay sentido del humor, hay abrazos y besos llenos de cariño, hay gestos de ayuda y apoyo, hay señales de profundo agradecimiento… es como si cada día, al encontrarnos nos felicitáramos unos a otros por estar vivos todavía…

Y algo impresionante para terminar: ayer por la mañana una chica joven me paro en la calle delante de mi casa y me dijo: Hermana, como estas?? Yo me sorprendí y le dije que bien, y que quien era. Me dijo: Yo estaba en la escuela cuando se hundió, y tu estabas allí intentando sacar a las chicas del piso de abajo. Me dio un vuelco el corazón y le pregunte si ella había salido de abajo y me dijo que si, que un hombre la saco. Pero luego me dijo: Pero hermana, la chica que tu sacaste ha preguntado muchas veces por ti y le gustaría verte. Le pregunte su nombre y me contesto: ella se llama Blondine. Le dije: Dile que estoy aquí y que me gustaría conocerla y verla otra vez.

Cuando entre en casa me puse a llorar y le dije a Dios: Señor, es ella quien me ha salvado a mí!! Gracias, Señor. Gracias Señor…

Creo que es otro signo de resurrección que me ha devuelto un poco la alegría.

Isa, Middia y Leide

Mi vida pues sigue ahora en mi casa, en tiendas de campaña en el patio. Ayudo en la Parroquia, contacto con religiosos y personas que me ayuden a ver por dónde tirar… y sobre todo ayudar a Middia y Gardine, las dos estudiantes que están conmigo ahora a que retomen la vida y lancemos nuestros miedos, es nuestra tarea de ahora.

Ver qué hacemos con nuestra casa, parece que aun podría ser restaurada, … Intentar hacer vida normal, recuperar a mi comunidad, y buscar mi lugar de nuevo en este Puerto Príncipe destruido que quiere renacer de sus cenizas.

Gracias a todos de nuevo por vuestra compañía y apoyo.

Un fuerte abrazo
Isa

lunes, 12 de abril de 2010

Carta de Isa Sola

Hola a todos! Después de este descanso de Semana Santa, quería empezar con un mensaje de alegría, de resurreción, de salvación..., y que mejor mensaje que esta nueva carta de Isa que nos transmite que en medio de las desgracias y el sufrimiento está el amor y el amor salva, el amor da VIDA, HAITÍ hecha pedazos... da VIDA

Hoy estaba nuevamente recordando que todos los lugares por los que pase ese fatídico martes 12 de enero, desde la mañana en misa en Sacre Coeur, pasando por el Ministerio de Educación y por la central de MINUSTAH (ONU), todos esos lugares se hundieron con el terremoto matando a todas las personas que estaban en ellos... excepto el último, mi casa.


Por cierto, que mi casa se ha considerado, tras su evaluación, oficialmente “insegura, no restaurable” y esta lista para ser destruida. Pero me salvo la vida. Como creéis que entiendo esto? Creer lo que queráis, cada uno desde sus creencias, sea lo que sea,... es fácil entender que nunca veré mi vida como antes?


Mi corazón esta aun roto, he perdido peso, fuerzas y alegría en mi cara. No es que no sonría, es que no me sale de dentro. A veces me aun cuesta respirar, siento temblores varias veces al día, veo aun con cierto miedo los techos y tengo imágenes horribles imborrables en mi memoria que vuelven una y otra vez. Pero desde esta situación, os prometo que lucho por encontrar signos de consuelo y esperanza.
Voy a contarte las cosas que me han consolado un poco al recordar todo lo sucedido.


Bueno, sin duda, mi mayor consuelo es que estamos las cuatro vivas: Vivian, Gardyne, Middia y yo. No podemos estar juntas porque estamos heridas en cuerpo o en el alma, pero estamos vivas. Y eso es algo que nunca había valorado tanto. Se que me perdonan por lo que hice o no hice con ellas y mi corazón va encontrando la paz poco a poco.


Otro consuelo fue... el abrazo de mi amiga Leide, cuando la busque en su casa al poco del terremoto y la encontré en el suelo de la calle junto con la gente, cantando y rezando. Pensé que estaría muerta debajo de la Iglesia y cuando la encontré viva, la abrace fuertemente para sentir hasta sus latidos. Ese momento me abraza el alma todavía. Porque creo que fue el comienzo de una amistad especial. Nunca había empezado una amistad con un terremoto, claro... por eso es especial. Desde ese dia, me ha llamado cada día, ha compartido lo poco que tenia conmigo y me ha dado las fuerzas que yo no tenia. Es mucho mas fuerte que yo y me ha sostenido cuando yo me arrastraba.


Otro fue sentir el vinculo tan fuerte que se había creado con los jóvenes a los que estuve curando en el hospital los primeros días, jóvenes amputados a los que cada día tenia que hacer horribles y dolorosas curas. Pensé que me odiarían por el insoportable dolor que les cause. Y cada vez que he vuelto al hospital a ver como seguían, se les encendía una sonrisa maravillosa y me alzaban los brazos esperando que me acercara a abrazarles y me decían que me echaban de menos. Sin saberlo ellos me han curado mas a mi que yo a ellos. Eso me da motivos para seguir viviendo por esta gente.


Eso me hace intuir que quizás de algo tan horrible pueda brotar algo hermoso?
Quien cura a quien? Quien salva a quien?

Quien nos puede dar lo que nos falta? Quien libera a quien del sufrimiento?Me acuerdo de esa canción mas veces. (Luís Guitarra, Quien)


Otro consuelo que he tenido ha sido al llegar a Estados Unidos, me encontré en la habitación que me habian preparado una cruz de madera en la mesita de noche. Madera de Bethlehem, blanca suave, redondeada y de la medida de mi mano, para acariciarla y adaptarla a la forma de mi mano y poderla llevar fácilmente a cualquier parte. En un papel había junto a ella explicaba el poder curativo de esa cruz en momentos de dolor: si no puedes rezar no importa, agárrala, acaríciala, siéntela en las manos y déjala que ella misma desprenda su efecto curativo.
Así lo hago cada día y a veces me hace saltar las lagrimas, pero es como si la suave madera las absorbiera.


Cuando la tomo recuerdo cada momento con un dolor que no se describir, pero me acaricia y suavemente me transmite el amor que ha querido mantenerme con vida inexplicablemente. No entiendo pero me acompaña en el sinsentido. Me hiere pero siento que comprende cuanto duele.


Me he dado cuenta que desde que la encontré en la habitación en Washington no la he soltado y la necesito.
No hablo, no rezo, no canto.
Solo la aprieto entre las manos. Y digo nombres.
De los que se fueron, de los que se quedaron, de los que aun no sabemos si se fueron... de los que me salvaron.
Hoy hace dos meses del terremoto.
Y después de todo me doy cuenta de que lo mas importante en momentos limites como estos, es el amor. He perdido casa, amigos o lo que sea. Pero lo que no se destruye es el amor. Los que me aman y los que amo. Esto es lo que me mantiene con vida. Eso es lo que me salva cada día de la muerte de la desesperanza.


Un abrazo. Isa

lunes, 5 de abril de 2010

Ester desde Haití nos felicita la Pascua de Resurrección

     Queridos amigos que con vuestro interés y seguimiento, os seguís sintiendo unidos a toda la realidad del pueblo haitiano.

Después de celebrar la Pascua de Resurrección del Señor Jesús, donde sin duda alguna, hemos tenido muy presente la pasión por la que está pasando nuestro mundo y hemos sentido el sufrimiento, el dolor y la miseria de Haití, nos llega un mensaje de una de las voluntarias que ahora está por aquellas tierras y que comparte con nosotros su experiencia.

  

"No es la primera vez que paso la semana Santa y la Pascua lejos de mi casa, mi familia, mi trabajo.

Desde Haití quiero deciros que a pesar de la distancia física que nos separa, me he sentido muy unida a todos vosotros/as.

Aquí hemos vivido la semana Santa con sencillez, los oficios en creole un poco largos y sin entender nada.

El viernes después del viacrucis, salimos a dar una vuelta por los alrededores de Jean Rabel, calles con mucha pendiente, casas muy humildes que contrastaban con las casa nuevas que están construyendo las hermanas, gentes amables, a mí se encogía el corazón, porque la pobreza es igual en todas partes, venían a mi mente no solo el pueblo de Haití sino todos los demás países en lo que he estado, y sentía tanta impotencia!!

Después por la tarde en la capilla de casa, ofrecía todo este dolor, sufrimiento, miseria y pobreza, y daba gracias por todas las personas que estéis donde estéis con vuestra presencia y vuestro trabajo, soys portadores de luz y de esperanza, de justicia y de paz.

Que Jesús resucitado nos de la fuerza para seguir adelante e ilumine nuestro camino y el de todos los hombres, mujeres y niños

Feliz Pascua!

Ester"

jueves, 18 de marzo de 2010

Concierto Solidario en BILBAO

En el colegio Jesús-María Ikastexea de Bilbao hemos organizado un CONCIERTO SOLIDARIO POR HAITÍ, que tendrá lugar el próximo 24 de marzo en el salón de actos de la Parroquia de “El Carmen” a las 19.00 h.
FELICITAMOS a los alumnos y a los profesores que han puesto tanto interés, apoyo, esfuerzo, tiempo y sobre todo… su ilusión para sacar adelante este evento.

AGRADECEMOS a nuestros alumnos que han querido mostrar su solidaridad con el pueblo de Haití, aportando sus habilidades y talentos.

Ha sido muy grande la participación en el casting y no todos han podido ser seleccionados pero gracias a todos y entre todos vamos hacer posible que el Concierto salga adelante.

La respuesta por parte de las familias ha sido tal… que una semana antes del Concierto, hemos tenido que colgar el cartel de “No hay entradas”! Ya lo sentimos pues hay mucha gente que se queda con las ganas de ir.

… un gesto que demuestra que Haití nos sigue importando, que no nos olvidamos de todas las personas que necesitan más que nunca no sentirse solas, y que queremos seguir mostrando nuestra cercanía y solidaridad.

GRACIAS A TODOS

lunes, 15 de marzo de 2010

El Colegio Sta María del Pino de Alella colabora con nuestra misión

Nos escribe Oriol Villà, tutor de tercero de secundaria del Colegio Sta María del Pino de Alella (Barcelona) y nos cuenta que en el colegio cada curso se propone un objetivo a trabajar relacionado con algún valor que consideren importante en la formación de los alumnos y este curso 2009-2010 se han decidido por el altruismo.

Entre otras actividades los alumnos decidieron hacer una hucha con la condición de que realmente fuera para ayudar a una causa que ellos consideraran importante.

A raíz del terremoto pensaron que una manera de ayudar podía ser enviar el dinero recogido para paliar de alguna forma los efectos del terremoto y ayudar en lo posible a aquellos que tan dura, honesta y vitalmente están allí comprometidos con los más débiles.

La directora pedagógica del centro, Vinyet Montaner que ha sido profesora de nuestra religiosa Isa Sola, les enseñó a los alumnos nuestra página web y les habló de nuestra presencia en Haití. Leyeron algunas de las cartas de Isa y decidieron hacer el donativo para nuestra misión (en un primer momento habían pensado entregarlo a otra asociación, pero un alumno hizo el comentario de que en cuanto acabara el efecto del terremoto nosotras seguiríamos allí trabajando y compartiendo con los haitianos, y la decisión de mandar el dinero a la misión de Jesús-María fue unánime)
Pasamos copia de la carta escrita por los propios alumnos a Isa.
Desde nuestra congregación y especialmente desde las religiosas que se encuentran en Haití queremos agradeceros este gesto tan importante de generosidad. Para todas las personas que se encuentran allí, signos como este les dan fuerzas y ánimo y les ayudan a seguir dando todo lo que son cada día.

lunes, 8 de marzo de 2010

GRACIAS!!!!


Queremos una vez más agradecer la generosidad sin medida recibida de tantas personas y grupos que continuamente están entregando de una forma u otra cada uno de lo que tiene. También queremos haceros partícipes de la ayuda que gracias a todos vosotros están proporcionando las religiosas de Jesús-María (rjm) que se encuentran en Haití. Os paso una carta de agradecimiento que ha enviado la superiora provincial responsable de la zona.  

martes, 2 de marzo de 2010

Un día en Haití

Quiero compartir con todos vosotros estas noticias a pie de terreno que hemos recibido de Miguel Angel Guerrero, psicólogo de Medicos del Mundo que se encuentra actualmente en Haití.


Puerto Príncipe, 1 de marzo de 2010

“…Mañana de nuevo reunión con el ministerio de salud. Al menos poco a poco se va viendo al gobierno participando en algo porque hasta ahora estaba desaparecido, también es normal sabiendo que se derrumbaron 13 de los 16 ministerios que había. La ciudad está recuperando su viejo pulso, los edificios derrumbados se han mimetizado con el ambiente general de caos que reinaba previamente en la capital y forman parte de la vida cotidiana de la gente. Tienden su ropa lavada encima de ellos, se han creado caminos para pasar, los puestos de comida y ropa se despliegan a sus pies y la gente intenta recuperar cualquier material que pueda servir.

Ha comenzado a llover y eso va a complicar mucho las cosas. Se sigue sin dar solución a los campos de desplazados improvisados ¿cómo puede ser posible? muchos de ellos están construidos en zonas inundables, en cauces de ríos secos, ahí donde se puede, por lo que el riesgo de una nueva catástrofe si se dan lluvias torrenciales es importante, la vulnerabilidad no puede ser más extrema. A todo ello se le une las posibles epidemias y, sobre todo, la desesperación e indignidad de la gente por tener que dormir debajo de la lluvia. Creo sinceramente que esto es un polvorín que tarde o tempranos va a estallar. Haití va a volver a salir en los telediarios, se están dando todas las condiciones para ello.

El comienzo oficial de las clases es el 8 de marzo, el gobierno a pedido a las escuelas tanto públicas como privadas que acojan a la mayor cantidad de niños posibles (calculan que más de la mitad de las escuelas están caidas), ellos corren con los gastos de los profesores.
...
Nosotros en Petit Goave seguimos con las clínicas móviles. Mis compañeros no ven nada relacionado con el terremoto, sino que lo que ven es la extrema pobreza y la falta total de un sistema de salud. El otro día contaron que vieron a una chica joven en una de las zonas rurales que estaba embarazada, se la veía feliz y con ganas de tener ya al niño. Le dieron un kit de parto limpio de la FNUAP y hablaron con ella sobre ciertas recomendaciones del parto. Dos semanas después volvieron a la misma zona y se encontraron con la madre de la chica. Tanto el niño como ella habían muerto en el parto, tuvo una hemorragia y no había forma de pararla ni posibilidades de llevarla al hospital. Ayer mismo en otra clínica móvil vieron un niño que bajaba en burro con su madre que no llegó a tiempo a la consulta, el niño se murió por el camino, desnutrido. A quienes hemos estado en Haití con las Luritas ya nos suenan estas historias porque ellas las cuentas a docenas, es la dureza del país, es la emergencia que ya existía previamente al terremoto pero no suscitaba el interés de la prensa mundial. Ahora los hospitales están llenos de médicos pero ¿qué pasará cuando se vayan? todo tiene fecha de caducidad, y, o se trabaja para reforzar al gobierno y al país desde dentro o lo que estamos haciendo ahora será una simple tirita en comparación con la gravedad de la situación ya previa al terremoto, y lo que es peor, habremos dejado a la gente con la miel en los labios.”

Gracias a personas como Miguel Angel, que están allí entregando su vida, podemos a tantos kilómetros de distancia sentir y compartir el dolor que está sufriendo tanta gente.
Por todos ellos nuestra oración llena de Esperanza y Vida.

jueves, 25 de febrero de 2010

Comunicación con ISA

Hola a todos,

He conseguido un modem y estoy casi en la calle, literalmente hablando. Tengo montones de mensajes de animo, de apoyo, de solidaridad. No puedo contestar a cada uno. A muchos de los que me escribís ni siquiera os conozco ni me conocéis, pero agradezco vuestra cercanía. Me emociona leerlos y saber que tantas personas sois capaces de entender el dolor de esta catástrofe.

Me estoy tomando ahora la vida con mas calma. Aunque realmente no sé si llamarlo calma o es que voy perdiendo fuerzas. Las urgencias del primer mes ya van pasando. La gente empieza a intentar hacer vida normal y eso, nos dicen que es buena señal. Aunque la ciudad sigue viéndose desolada, destruida y llena de organizaciones intentando ayudar.

A mi me está costando más. No sé cómo es vida normal para mi. Cada día hay algo diferente y se va haciendo camino al andar, como dice Machado. Me dedico más a logística, a hacer de enlace, a buscar alimentación, medicación y llevarla donde me lo piden, hago de chofer a los médicos para llevarlos a los hospitales donde trabajan, llevo a enfermos a hacer radiografías o análisis donde lo necesitan, busco especialistas que pueden tratar casos concretos y cosas por el estilo, de aquí para allá todo el día con el coche. Nada en concreto y todo en general. Donde me llaman voy y me siento útil porque puedo hacer cosas que los que vienen de fuera no pueden, tanto como traductora, como chofer, como de mediadora. Y está bien pero mi vida sigue en esa confusión de que no sé cómo va a seguir, a qué me voy a dedicar a partir de ahora, a quién, cómo, desde dónde...

Lo de tener casa propia, sé que me va para largo, a parte de que me parece un lujo. Primero porque tengo miedo a entrar bajo techo todavía y segundo porque hasta que construyamos, hasta que decidamos donde y para qué... Nos hace falta tiempo.

Los religiosos nos empezamos a reunir para hablar sobre esto mismo, como organizarnos, cómo llegar a la gente, donde ubicarnos, para hacer qué... es un interrogante todavía, pero me consuela ver que más o menos todos estamos igual. Y lo más impresionante en este momento y en estas circunstancias es esto, que todos estamos igual. No ha tocado más los pobres que a los ricos, todos estamos en la calle, sin saber, igual el gobierno, que la Iglesia, que los religiosos, que el pueblo llano. Esto es una experiencia muy honda para mi. Y ahora más que nunca entiendo a Juan cuando escribe: “La Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros”. Ahora es tiempo, es la oportunidad de acampar entre el pueblo; no es que estemos con ellos, es que estamos como ellos y saber ésto me hace comprender más que nunca lo que sabía con palabras del misterio de la encarnación. Cuando yo decía que quería estar entre ellos, como ellos, con ellos... no sabía lo que me decía ni lo que realmente suponía. Qué fácil era decirlo y qué difícil es vivirlo. Desde que he perdido mi casa, mi comunidad, mi trabajo, algunos amigos… qué distinto es leer la Palabra.

En el encuentro de religiosos del otro día constatamos la fragilidad psicológica en que está la gente ahora y la nuestra propia. Hemos de seguir acompañando al pueblo pero somos acompañantes heridos y debemos curarnos nosotros si queremos ayudar a los demás. Me cuesta reconocer mi fragilidad en este momento de tanta necesidad pero es así. He intentado seguir trabajando como todos los que están viniendo a ayudar, hacer lo que toca en estos momentos de tanto dolor y desorganización general... pero se me acaban las fuerzas y cada día me siento más débil. Necesito ayuda y la he pedido. Mi congregación me anima a ir a Estados Unidos a descansar, reponerme y curar un poco mi alma. Iré a ver a Vivian, mi compañera de comunidad que se rompió el brazo en el terremoto, a mi provincial Eileen y a mi hermano Javier que va a venir a verme unos días. Estaré allí un par de semanas y volveré. Me dicen que debo hacer terapia. Todos los religiosos que hemos estado en el terremoto tenemos que hacer terapia y nos están animando a hacerlo y facilitándonos los medios para ello. Cada uno tiene una historia a cual más impresionante y más dura. Si las conociera todas no sé si podría digerirlo. Siento que absorbo todo el dolor que veo a mi alrededor y me pesa como una roca en mis espaldas. Tengo dentro todo lo que he visto y vivido, registrado en mi mente como a fuego. Aun tengo miedos, dolores de cabeza, palpitaciones, insomnio... como todos. Y no puedo ayudar a los otros si no me ayudo a mi misma.

Sé que es un privilegio que no tiene todo el mundo el poder ir a Estados Unidos para que me acompañen y me ayuden, pero creo que lo debo hacer. Me cuesta dejar esto, pero ahora estoy demasiado baja para seguir trabajando, no tengo fuerzas. Mi cabeza quiere pero mi cuerpo, mi ánimo no me siguen. Así que posiblemente me vaya el próximo fin de semana.

Gracias de corazón a todos los que conociéndome o no, me habéis escrito y animado. No he podido leer todo porque no tengo Internet y cuando lo tengo me encuentro 200 mensajes y no tengo tiempo de leerlos todos con tiempo y calma, pero lo que sí sé es que tengo muchos amigos y muchas personas a mi lado y eso ha sido muy bonito e importante.

Gracias de verdad. Dije en mi otra carta que estaba derrumbada, pero no, no me derrumbo; quizás porque cada uno de vosotros “no me lo permite”.

Que nadie se preocupe. Seguiremos adelante. Mi vida está más vinculada a Haití y aunque no tengo ni idea del cómo, seguiré viviendo y trabajando por este pueblo, con este pueblo y como este pueblo. Aquí seguiré, mientras Dios lo quiera.

Un abrazo bien fuerte a todos

Isa Sola rjm

lunes, 22 de febrero de 2010

Adrienne

Haití ocupa la tercera parte de una pequeña isla situada entre el Mar Caribe y el Atlántico. Ese lugar del mapa -El Caribe-, al que uno sueña escapar cuando el trabajo le asfixia, le aburre la rutina, vive el sentir legítimo de la bajada de ánimo, por el asunto que sea.

Pero por alguna razón, que quizás tenga la causa en el resto del mundo, no pensamos en estos veintitantos mil km² cuando nuestra mente vuela buscando el paraíso. Haití está demasiado lleno, le falta sombra (de puro "ignorantes" han prendido fuego a sus “muebles” para calentarse) y además, después del 12 de Enero huele mal.

Haití es pequeño, pero no cabe en mis manos; está demasiado lejos. Hace que se me escape una lágrima ante el noticiario; me lleva a cambiar de canal -soy demasiado sensible-.

Adrienne tiene siete años, pelo recogido en trencitas, ojos negros brillantes por los que asoma la vida. Dientes blancos, sonrisa amplia, piel morena. Vestida de mil colores, hace que el Arco Iris se sienta deslavado a su lado.

Cuando baila, el suelo tiembla, de pura alegría. Su ritmo es contagioso, se propaga como una onda. Una onda suave y armónica que cuan varita mágica, va dejando una cálida luz por donde pasa.

Hoy, su desayuno ha consistido en unas galletas de lodo, camuflado con un poco de mantequilla y sal. Quizás contengan también alguna lágrima de su abuela -anciana, pese a sus cincuentisiete años-. No tiene madre -murió de SIDA- No sé si hay un padre... Con un poco de suerte, en la escuela le darán un vaso de leche.

Adrienne, sí cabe en mis manos. Es menuda y frágil, y pese a la miseria en la que amanece cada día, huele a flores recién cortadas. Su piel es suave, y su cuerpo transmite el dulce calor de desamparo. He sentido el abrazo de sus delgados brazos en lo más profundo de mi corazón. Está prendida en mi alma, como un broche precioso, capaz de hacer brillar el más vulgar de los vestidos. No se va cuando cambio de canal, por el contrario, queda aferrada a mis entrañas como si ya formara parte de mí. Siento que me necesita; aún peor, que me ha necesitado y que no he estado ahí. Pero no es rencorosa; su sonrisa continúa iluminando su cara y hace un poco menos negro mi sentimiento de culpa.

En la prensa aparecen imágenes que hieren mi sensibilidad. Pese a ello, espero que no sea el morbo la causa, no puedo evitar mirarlas. La escuela, recién estrenada en la periferia de Puerto Príncipe, es un cúmulo de escombros. Entre ellos, el crucifijo que presidía la entrada a la misma, deja a la vista la cara de un Dios impotente, que esta vez no sangra; esta vez llora. El dolor es demasiado fuerte como para ser aliviado por unos hilos, color carmesí, resbalando por su cuerpo. Siento que me mira. Aparto la vista.

Desesperada, busco alguna señal de Adrienne. Nada; tan sólo gemidos sin nombre, sin cara; llanto amargo de una Tierra que no podía aguantar más, toda la injusticia que la historia ha permitido, se ensañe en sus carnes, y ayer 12 de Enero, se le fue la mano en su quejido.
Haití no cabe en mis raquíticas manos; Adrienne, sí.

Blanca Beramendi Eraso

A tantos y tantas, que en lugar de escribir, han hecho la maleta, y hoy son uno más de Haití.
Con mi más profunda admiración y agradecimiento.

jueves, 18 de febrero de 2010

Noticias de nuestros voluntarios en Haití

El pasado 7 de febrero marcharon a Puerto Príncipe un grupo de tres voluntarios profesionales médicos, para entregar sus conocimientos y su corazón a este país que necesita de todos nosotros. El viaje era bastante aventurado, dada la situación actual que se está viviendo en Haití, iban sin tener muchos aspectos sobre su estancia resueltos. Teníamos la confianza puesta en Dios.

Hemos podido recibir noticias suyas y todo les va bien. Los tres están contentos trabajando desde su profesión con niños en sitios diferentes. Una médico está con una enfermera italiana, la pediatra se encuentra con una religiosa franciscana que lleva años en Haití, y el chico trabaja de enfermero en un hospital y a la vez intenta alegrarle la vida a los niños que se les ha amputado algún miembro.

Tienen mucho trabajo pues hay muchísimos heridos, están viendo mucho dolor y hambre. Ellos tampoco tienen mucha comida, pero están contentos…

Seguimos rezando por ellos…, que tengan fuerzas para vivir ante tanto sufrimiento, que curen y ayuden a muchas personas, que puedan llevarles a todos los que se encuentren una sonrisa, un cariño, su cuidado, que puedan hacerles sentir que no han perdido su dignidad como personas, que no están solos...